La imagen icónica del físico “einsteniano” se cristalizó en el tiempo y se volvió remera o estampita, fue capturada por Hollywood y, en consecuencia, el imaginario popular la tomó como cierta: un lobo solitario, sagaz y algo excéntrico, que para encontrar respuestas no apela a un método sino que simplemente, se rasca el pelo despeinado […]
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